Para responder la pregunta, es necesario separar la exageración publicitaria de la realidad. Según ella, la computación en la nube es una oportunidad para los usuarios de auto procurarse servicio para todas sus necesidades de TI con una inversión inicial prácticamente nula, costos mínimos de operación acorde con el uso y escalabilidad ilimitada, mientras que todos los inconvenientes propios de la gestión de centros de datos se eliminan casi como por arte de magia.
La realidad no es tan así. Los usuarios que han estado involucrados en la TI durante mucho tiempo saben que, independientemente de la innovación que surja, siempre existen desafíos de gestionar la TI (por ejemplo, seguridad, costo, complejidad), aunque adquieren otras formas nuevas (y, a veces, peligrosas). La computación en la nube no escapa a esta regla.
Los beneficios pueden ser reales. Es verdad que la computación en la nube puede ofrecer a las empresas toda una nueva variedad de opciones para crear y entregar servicios de TI rápidamente, de manera económica y sin necesidad de realizar una inversión importante ni de contar con destrezas técnicas. Sin embargo, el riesgo y los costos potenciales también son muy reales. Como sucede en la vida, no hay retribuciones sin riesgo e inversión. En el marco de la computación en la nube, el riesgo tal vez no sea evidente, pero igualmente existe:
- Violaciones a la seguridad, pérdida de datos.
- Desastres.
- Cortes de energía eléctrica.
- Dependencia de proveedores.
- Concentración de datos.
- Problemas legales y jurisdiccionales.
- Otros.
Las formas de manejar el riesgo pueden diferir mucho de los enfoques usados en la TI convencional. Por ejemplo, discutir con un proveedor de servicios de la nube pública sobre su servicio puede ser similar a discutir con una máquina expendedora; salvo que se haya definido y acordado claramente el soporte en las primeras instancias del contrato quizá no encuentre respuesta alguna.
La toma de decisiones sobre el uso de los servicios en la nube puede ser compleja y la estimación del ROI es un elemento crítico para garantizar que el camino elegido sea el correcto. A continuación se incluyen algunos puntos clave a tener en cuenta:
La estimación del ROI no necesariamente debe ser compleja.
Después de todo, es simplemente una estimación. Un cálculo simple pero eficaz del ROI faculta a la empresa a respaldar una decisión de inversión y evaluar si se concretan el costo y los beneficios esperados. Un cálculo excesivamente complejo puede hacer que resulte difícil comprender por qué se tomó una decisión y/o evaluar sus efectos, tirando por tierra esencialmente el objetivo de haberlo hecho en primer lugar.
Puede haber muchos costos ocultos que no resultan evidentes en el plan de tarifas del proveedor.
Por ejemplo, si bien posiblemente no se generen costos iniciales de entrega del servicio por parte del proveedor, el tiempo y el esfuerzo necesarios para migrar sistemas existentes a la nube pueden ser costosos. Lo mismo puede suceder al regresar los sistemas o datos nuevamente a la gestión interna o asignarlos a otro proveedor. Es preciso aprender que la selección del servicio correcto en la nube puede generar ahorros, pero si se selecciona uno incorrecto puede costar muy caro.
Es mucho más fácil y económico cambiar de decisión (por ejemplo, un proveedor o modelo de servicio diferentes) cuando aún se está evaluando esta decisión o que quizás en la fase de prueba de concepto. Puede resultar mucho más difícil y costoso cuando el servicio ya está activo y en uso, está conectado en interfaz con otros sistemas y procesos, y utiliza datos de clientes en vivo.
Con tantas opciones de servicio en la nube disponibles, el tiempo que emplea la empresa para considerar los ROI respectivos y seleccionar el más adecuado a sus necesidades es un tiempo bien invertido.
¿Por qué es tan desafiante hacerlo?
Quienes se inician en el concepto de computación en la nube posiblemente no se den cuenta de cuántas opciones de servicio existen, y cuán confuso puede ser comprenderlas y evaluarlas a todas. Ya hay una infinidad de variantes del modelo e implementación del servicio en el mercado, y estas se multiplican constantemente y a pasos agigantados. Las definiciones del NIST son muy útiles a la hora de comprender y examinar las opciones, pero son más «contenedores grandes» de opciones que estándares definitivos.
Lo que complica este desafío es el hecho de que cada empresa presenta un conjunto diferente de necesidades (por ejemplo, clientes, funcional, legal, cumplimiento) y se encuentra en una postura diferente con respecto a sus sistemas y servicios de TI actuales (por ejemplo, empresas nuevas en crecimiento frente a empresas maduras con varios sistemas heredados).
Moverse a una nube no es una decisión única que se puede tomar de manera aislada del resto de las cuestiones inherentes a la empresa. La computación en la nube puede tener un impacto en muchos elementos diferentes (centros de datos, software de aplicación, herramientas de soporte de TI, personal, procesos de TI, procesos de negocio), por lo que cada uno de ellos merece ser considerado al realizar el análisis del ROI. En el caso de las empresas que ya cuentan con sistemas, esto también significa revisar los costos y beneficios actuales de TI. Si estos no se comprenden del todo, el ejercicio se torna mucho más difícil.
Es comprensible por qué muchas empresas omiten directamente el paso del ROI. Sin embargo, avanzar a la nube puede ser parecido a esquiar cuesta abajo: es recomendable no esperar hasta que comience el descenso para pensar cómo llegar al final de la cuesta de manera segura. En las laderas de la montaña, se suele aconsejar ser «audaz, pero controlado» y lo mismo puede aplicarse al avance a la nube. La estimación del ROI es una parte importante del control.
Un enfoque práctico de la evaluación del ROI de la nube
Existen muchas maneras posibles de estimar el ROI de la nube aunque no todas se adecuen a todas las situaciones.
Seleccionar la mejor manera para un caso en particular depende de varios factores, que incluyen:
- Cuáles son los factores de negocio clave para avanzar a la nube (aumentar los ingresos frente a reducir los costos).
- El enfoque de la empresa frente a la preparación y evaluación de los casos de negocio (enfoque en tangibles vs intangibles).
- El lugar que ocupa la empresa en el ciclo de crecimiento/maduración del negocio (negocio incipiente frente a negocio maduro).
El enfoque en tres fases que se describe en el documento que proponemos descargar está diseñado para adaptarse a una empresa que cuenta con operaciones razonablemente maduras (es decir, sistemas y procesos de negocio existentes) y que está considerando la posibilidad de avanzar a la nube principalmente para ahorrar gastos. Los conceptos descritos también se pueden aplicar a otros escenarios; algunos pasos posiblemente requieran más o menos énfasis para adaptarse a las circunstancias.

Claves para calcular el ROI de la computación en la nube
El ROI de las inversiones en computación en la nube no es directo. En algunos casos, los ahorros en los costos son notables, por ejemplo, al reemplazar costosos servidores por máquinas virtuales basadas en software para una aplicación en la nube que no exige mantenimiento ni administración de licencias. Sin embargo, pueden aparecer costos inesperados, por ejemplo, costos emergentes de la administración inapropiada de la aplicación o terminación del contrato que se deben tener en cuenta para calcular una estimación significativa. Las estimaciones de ROI deben incluir los costos a corto, mediano y largo plazo; los beneficios tangibles e intangibles; y el costo de mitigar cualquier riesgo nuevo que surja de la nube.
Antes de decidir qué modelo de nube se adoptará, la empresa debe delimitar el costo actual para trabajar con la infraestructura existente o el sistema único. Este paso es fundamental para decidir si la computación en la nube es conveniente para el negocio, y para calcular el retorno económico y estratégico de la inversión.
El ROI es un buen comienzo, pero también se deben calcular otros indicadores financieros para medir el retorno durante la vida útil de la inversión en la nube. El ROI, combinado con la IRR (Tasa Interna de retorno), el TCO (Costo Total de Propiedad) y el VPN (Valor Presente Neto), proporcionará un panorama más preciso de las consecuencias financieras de una solución en particular. De todas maneras, si el factor que impulsa principalmente la adopción de los servicios de computación en la nube es satisfacer las necesidades del negocio, se recomienda crear un caso de negocio sólido y evitar confiar solamente en los cálculos financieros.
Fuente: ISACA, Calcular el ROI de la nube: Desde la perspectiva del cliente
Adaptado por la División consultoría de EvaluandoCloud.com